jueves, julio 29, 2004

Pachuli

Tu olor a pachuli me mata, es nauseabundo, igual que el periódico que lees. No sé si te vas ahuecando o si en realidad es olor a Barón Dandy. Creo que te odio con todas mis fuerzas. Me das asco, no tendría que aguantar tu puto olor en todo el jodido trayecto de esta maldita mierda de metro, viejo cabrón.

martes, julio 20, 2004

Risa

Tengo tu risa clavada en mi cerebro, como una espina que me tortura. Tu última carcajada, tu última y odiosa risa. Tu risa falsa, vengativa carcajada del odio, del resentimiento. Recuerdo también mi cara de perplejidad ante tu asquerosa risa, no sabía que pudiera causar tanto odio en alguien. La última risa tuya fue un resumen de todo, todas tus manías, todos tus miedos, todas tus increíbles paranoias, todos tus estridentes gritos y berridos... Tu última puta risa hizo que yo también te odie para toda mi vida, que te desprecie y que me vuelva a acordar de todo lo malo que hubo contigo olvidando lo bueno. Tu última risa quisiste que fuera el peor recuerdo que guardo de ti.

martes, julio 13, 2004

Los versos más tristes - Pablo Neruda



Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

viernes, julio 09, 2004

Mi vida como calamar gigante



A veces pienso que podría acabar con todos esos barcos que pasan por encima se mi, destrozarlos y partirlos por la mitad, ir uno por uno y que así me dejasen de molestar y poder nadar en paz.
Lo que me echa atrás es que sepan de mi existencia y después vengan todos a buscarme e intenten cazarme, entonces tendría que huir de aquí y tratarían de seguirme y no me dejarían descansar, no podría ver el sol a través del agua ni como se tuercen sus rayos, ni podría observar a los peces. Sé que me atacarían y tendría que soltar mi tinta para despistarles, prefiero que me molesten un poco a tener que huir de una raza tan obsesiva y enfermiza como son los humanos.


lunes, julio 05, 2004

Desastre - La Costa Brava



Un gran desastre parece que se cierne sobre mí,
conozco esa mirada la he visto tantas veces
no sirve de nada negar lo evidente.
Porque un gran desastre parece que se cierne sobre mí
conozco las palabras lo he dicho tantas veces,
yo hacía lo mismo antes de conocerte
Somos máquinas que no entendemos,
que se enamoran cada cierto tiempo